Por Jesús Casla
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El ciclo menstrual de la mujer abarca normalmente un plazo de alrededor de veintiocho días, desde el primer día de un período hasta el primer día del siguiente. Para que este ciclo se desarrolle con normalidad resulta necesario que en el cuerpo de la mujer tenga lugar el cíclico incremento y disminución de las hormonas progesterona, estrógenos, inhibina y activita. La influencia de estas hormonas de origen ovárico provoca una serie de cambios periódicos en el útero y en el endometrio, dando lugar al habitual sangrado vaginal, menstruación, período o regla.
El ciclo menstrual y, especialmente, la regla -su expresión externa más evidente-, son el reflejo emocional de toda mujer, el espejo de su interior. Manifiestan cómo vive y asume la mujer –muchas veces de manera inconsciente- su feminidad, su sexualidad, su rol como madre-pareja-esposa-hija, las normas y reglas sociales y culturales impuestas, y su relación de pareja. En consecuencia, cualquier anomalía relacionada con el ciclo menstrual y el período, como su regularidad o irregularidad, la duración, la abundancia o escasez del flujo menstrual (menorragia), la ausencia (amenorrea) o presencia de la regla, la existencia o no de dolor (dismenorrea), la temprana o tardía aparición de la primera regla (menarquia) o la temprana o tardía llegada de la menopausia, deben ser interpretadas y comprendidas como informaciones muy valiosas del inconsciente acerca de las situaciones o conflictos emocionales que vive y enfrenta la mujer en su interior, muchas veces en silencio por la extendida norma social de que la menstruación es un tema taboo.
Existe una extensa y confusa terminología médica para denominar a las distintas anomalías y síntomas relacionados con la menstruación; confusión procedente del distinto uso que en cada época y en cada escuela –principalmente la alemana, la francesa, la española y la estadounidense- se ha dado a unos mismos términos para referirse a distintos síntomas. Con la intención de clarificar tanto las características de las sintomatologías como la terminología empleada, debemos partir de la diferenciación de las circunstancias que pueden afectar el ciclo menstrual y la regla para poder comprender la nomenclatura más empleada y aceptada en la actualidad. Toda anomalía relacionada con el ciclo menstrual y el período puede afectar a la periodicidad, la intensidad y la duración, ya sea por separado o conjuntamente. Dentro de cada uno de estos tres aspectos básicos, se ha establecido el uso de una serie de términos que describen los síntomas más habituales:
PERIODICIDAD(normalmente 28-30 días) | SignomenorreaProiomenorreaPolimenorrea | Reglas frecuentes o adelantadas.Intervalos menstruales inferiores a 21 días |
OpsomenorreaOligomenorrea | Regla retrasada o espaciadas.Intervalos menstruales superiores a 35 días. | |
Espaniomenorrea | Regla rara | |
INTENSIDAD(volumen del flujo menstrual) | Menorragia HipermenorreaHemohipermenorrea | Flujo menstrual superior a 80 ml |
Polimenorrea Polihipermenorrea | Reglas frecuentes (acortamiento del intervalo intermenstrual) y muy abundantes | |
Hipomenorrea Hemohipomenorrea | Flujo menstrual escaso | |
Amenorrea | Irregularidades en la regla e incluso su ausencia | |
Criptomenorrea | Regla oculta (retención del flujo menstrual) | |
DURACIÓN (normalmente 3-7 días) | Dolicomenorrea Hemerapolimenorrea Macromenorrea | Regla prolongada (más de 7 días) |
Braquimenorrea Hemeraoligomenorrea Micromenorrea | Regla acortada (menos de 3 días) |
Aparte de estos síntomas, hay que tener en cuenta, además, que son muy comunes las metrorragias o sangrados uterinos anormales que se presentan fuera de la regla. En las adolescentes y en las mujeres maduras que se acercan a la menopausia estos sangrados entre períodos se deben a desequilibrios hormonales propios del inicio o la progresiva desaparición del ciclo menstrual, respectivamente. No obstante, las causas más habituales de estos sangrados fuera de la regla, independientemente de la edad de la mujer, son el embarazo (sobre todo durante los primeros meses), la toma de algunas píldoras anticonceptivas, el uso de un Dispositivo IntraUterino (DIU), endometriosis, problemas de tiroides y las infecciones en el cuello uterino o cáncer de útero (principalmente en mujeres próximas a la menopausia).
La exploración de todo lo referido a la menstruación desde la descodificación biológica de los síntomas y anomalías asociados nos lleva necesariamente a considerar la sangre como elemento esencial, símbolo de la familia y de la alegría de vivir. Tanto las hemorragias menstruales que resultan anormalmente abundantes como las hemorragias uterinas que tienen lugar fuera de la regla expresan que la mujer vive y sufre situaciones de angustia, agobio, culpabilidad y frustración. Además, la descodificación biológica de los sangrados uterinos fuera de la regla pone de manifiesto que la mujer sufre un conflicto de separación porque no está en contacto con la persona querida o amada. Se trata, por tanto, de conflictos con la pareja. Por ende, son habituales las situaciones de frustración sexual, ya sea porque no se pueden tener o consumar las relaciones que se desean con la persona amada o porque no se disfrutan y se rechaza las que se tienen. A menudo, son mujeres que se culpabilizan por las situaciones surgidas en el ámbito familiar y, más concretamente, con su pareja.
La sangre representa la alegría de vivir y su pérdida implica un fastidio interno. La mujer que padece sangrados uterinos fuera de la regla reprime la angustia que siente con respecto a situaciones familiares y de pareja. Enfrenta esos problemas en soledad, hasta el punto de poder sentirse apartada e incomunicada del núcleo familiar.
Cuando la metrorragia, o sangrado uterino anormal fuera de la regla, se presenta de forma intermitente, por ejemplo en días alternos, tiene su propio sentido biológico con matices precisos. Dentro de estas hemorragias intermitentes, que genéricamente podemos denominar metrorragias discontinuas o intermenstruorragias, podemos establecer tres categorías en las que situar los síntomas más habituales:
INTERMENSTRUORRAGIA | SÍNTOMAS | |
Premenstrual | Se presenta en los días previos a la regla | Spotting |
Sinusorragia | ||
Intermenstual | Se presenta a mitad del ciclo menstrual | Disovulia |
Sinusorragia | ||
Postmenstrual | Se presenta en los días posteriores a la regla | Spotting |
Sinusorragia |
Disovulia
La disovulia es una hemorragia intermenstrual que tiene lugar durante el período de ovulación; o sea, aproximadamente entre los días 13 y 17 del ciclo menstrual. Durante la ovulación, los ovarios liberan un óvulo maduro que se desplaza por la trompa de Falopio a la espera de ser fertilizado. Hay mujeres que en esos días sienten dolor en la zona de los ovarios y llegan a tener estas pequeñas hemorragias. Son manchas de color rosado o marrón que suelen ir acompañadas de moco cervical, indicador precisamente de la ovulación. La disovulia representa una disfunción ovulatoria; ovulación defectuosa y desequilibrada. Una ovulación ineficaz, normalmente asociada a la existencia de enfermedades como anorexia, sobrepeso, hipotiroidismo, diabetes o dolencias renales y hepáticas. Cuando la disovulia se presenta en mujeres cercanas a la menopausia suele estar vinculada a la existencia de ovarios poliquísticos. En este caso, puede tratarse de mujeres celosas, controladoras o que sufren o han podido sufrir un grave conflicto de pérdida.
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La biología de la mujer con disovulia manifiesta un inequívoco rechazo a su feminidad y, por ende, a quedarse embarazada y a procrear con su pareja o a traer hijos a un ambiente familiar tóxico. La disovulia implica frustración sexual y angustia en la mujer que se siente atrapada en unas circunstancias familiares y afectivas que no le resultan satisfactorias.
Spotting
Hemorragia intermenstrual que suele presentarse en los días previos o posteriores a la regla. Habitualmente, también se denomina spotting al sangrado que tiene lugar durante la ovulación, al cual, como hemos visto, es más correcto denominar disovulia.
El spotting es un pequeño sangrado que a veces no llega a manchar la ropa interior. El color de la mancha varía entre rosado, rojo oscuro y rojo brillante. El spotting es más habitual en los días inmediatamente posteriores al finalización de la regla.
Puede estar ocasionado por situaciones de estrés acusado, embarazo, inicio o cese de la toma de anticonceptivos hormonales, abortos involuntarios o el uso de un Dispositivo IntraUterino (DIU). También es común en mujeres con bajos niveles de tiroides; mujeres sometidas a situaciones emocionales en las que sienten que no pueden llevar a cabo lo que desean; mujeres que pueden sentirse humilladas e impotentes, a merced de las circunstancias o del criterio de otras personas, sobre todo la pareja y la familia más próxima. Mujeres, en definitiva, que anhelan escapar rápidamente de esa situación vivida con impotencia. Otras veces, el spotting puede delatar la existencia de fibromas, pólipos o miomas uterinos. Detrás de estos casos puede haber conflictos de hijos que se han querido tener pero no se han tenido, amargura por no encontrar a la pareja deseada, etc.
También un nivel bajo de progesterona puede provocar spotting en los días previos a la regla. La progesterona estimula el engrosamiento de las paredes del útero para la correcta implantación de un embrión. Siete días después de la ovulación los niveles de progesterona deben elevarse precisamente para favorecer ese engrosamiento; si esto no ocurre, el revestimiento del útero no se espesará adecuadamente y comenzará a desprenderse de forma prematura antes del período, dando lugar a spotting premenstrual.
La infección vaginal aparece habitualmente asociada a los casos de spotting. Estas infecciones ponen de manifiesto que la mujer enfrenta o sufre situaciones de cólera e ira que reprime, que no manifiesta. Normalmente se trata de enfado, irritación, rabia y enojo contra la pareja. Pero son situaciones que la mujer vive con culpa y autocastigo. Conflictos de frustración sexual. Otras veces, son enfados por el hecho de verse obligada a soportar la intromisión de la familia de la pareja en su territorio. Todas estas circunstancias ponen en evidencia la fragilidad de la mujer y su probable tendencia a dejarse condicionar demasiado por pensamientos, gestos y palabras de los otros (pareja y familia). Suele haber incluso pesimismo y derrotismo, falta de autoafirmación.
Sinusorragia
La sinusorragia es la intermenstruorragia que se presenta en algunas mujeres durante o inmediatamente después de mantener relaciones sexuales. Este sangrado puede ser ocasional por molestias producidas durante la penetración; pero en la mayoría de los casos está asociado a la existencia de diversas lesiones en el cuello uterino, la vagina o la vulva. En los casos más graves pone de manifiesto la existencia de cáncer de cuello de útero, miomas o tumores endometriales.
La sinusorragia supone la imposibilidad de disfrutar de unas relaciones sexuales placenteras por los bloqueos físicos y emocionales que genera en la mujer que la sufre. Muy frecuentemente implica, además, dispareunia o coitalgia, es decir, fuertes dolores. Los bloqueos que genera en la mujer la sinusorragia suelen dar lugar a una constricción vaginal involuntaria (vaginismo) y, con ello, a la aparición de dolor durante la penetración. Desde el punto de vista biológico, la mujer que sufre sinusorragia y dispareunia probablemente vive las relaciones sexuales como autocastigo y con un sentido de culpa.
Así como los períodos intermenstruales largos (opsomenorrea y oligomenorrea) manifiestan un rechazo inconsciente de la mujer a su propio cuerpo, a la feminidad, y, en consecuencia, a las normas socioculturales impuestas que la enjaulan en un rol que juzga insatisfactorio, los períodos intermenstruales cortos con sangrados muy próximos (signomenorrea, proiomenorrea y polimenorrea) representan su deseo de alejar o evitar mantener relación y contacto sexual con el macho, la pareja o el amante. Por otra parte, cuando los períodos intermenstruales se ven interrumpidos, como hemos visto, por sangrados intermitentes, metrorragias intermenstruales o intermenstruorragias, como en los casos de spotting, disovulia o sinusorrgia, ese rechazo de mantener relaciones íntimas con el macho y de mantenerle alejado se ve acentuado y adquiere una seria de matices precisos y específicos.
La mujer que tiene cualquier tipo de hemorragia intermenstrual, ya sea spotting, disovulia o sinusorragia, demuestra que tiene serias dificultades para administrar su vida a su propio gusto. Realmente, no sabe qué es lo que quiere para su vida ni qué dirección tomar. Vive agobiada, sumida en la angustia de no encontrar el rumbo adecuado. La incertidumbre inunda su presente e impregna todos sus actos. Inmersa en un mar de dudas y temores, se desvaloriza y se impide ser ella misma.
La mujer que sufre cualquiera de las hemorragias intermenstruales intermitentes descritas vive un debate interno –muchas veces de manera inconsciente-, un tira y afloja constante del que no sabe o no se atreve a escapar. Reprime sus anhelos; pero duda, no está segura de estar haciendo lo adecuado para ella. Esta es precisamente la diferencia que existe entre cualquier metrorragia o sangrado uterino no intermitente que tiene lugar fuera de la regla y los sangrados que aparecen de forma intermitente. La mujer con metrorragia no intermitente vive inmersa en situaciones que le suponen conflictos inconscientes contra los que no está debatiéndose o no está considerando emprender cambios o acciones correctoras al respecto. Sin embargo, cuando las hemorragias intermenstruales aparecen de forma intermitente, la mujer puede estar enfrentando una situación conflictiva similar, si bien es más consciente del conflicto que expresa su biología y está más próxima a considerar o adoptar cambios y modificaciones en su vida. En este caso, la mujer es más consciente de su situación y alberga serias y profundas dudas sobre su rol actual y la necesidad de cambiarlo para liberarse y fluir con la vida como ella misma desea. Se trata, por tanto, de mujeres que saben o creen saber lo que quieren para su vida; pero que todavía se debaten en una lucha interna; se ponen frenos mientras continúan evaluando cómo y cuándo emprender su camino liberadas de pesados equipajes innecesarios.
Cuando las hemorragias intermenstruales intermitentes tienen lugar en los días previos a la regla, la biología de la mujer que las sufre expresa que encuentra obstáculos en su camino, trabas en su vida que le impiden ser ella misma. Algo le atenaza y le condiciona. Puede ser un ambiente familiar tóxico y asfixiante o una pareja hacia la que siente rechazo, a la que querría alejar o de la que querría alejarse.
En cambio, cuando estas hemorragias intermenstruales intermitentes se presentan en los días posteriores a la regla, la biología de la mujer evidencia la existencia de un extenuante debate interno entre lo que es y lo que le gustaría ser, entre la vida que tiene y la que le gustaría tener, entre el rol que representa y el que anhela para sí, entre la pareja que tienen a su lado y la que le gustaría tener. Situaciones angustiosas y frustrantes en las que la mujer se siente atrapada, bloqueada.
La mujer que sufre intermenstruorragias intermitentes, como spotting, disovulia o sinusorragia, debe tomar conciencia de qué aspectos o situaciones de su vida de pareja o familiar le condicionan, le frustran y le generan enfados internos. Ese análisis, que resulta absolutamente imprescindible, le llevará a comprender los mensajes que le envía su biología con esas hemorragias intermitentes para que se decida a tomar las riendas de su vida y se conceda el derecho a vivirla y disfrutarla en plenitud siendo ella misma.
* Jesús Casla es autor de los libros: