Por Jesús Casla
BioNeuroEmoción BioDescodificación Descodificación Biológica
Hipnosis Clínica Reparadora Terapia Regresiva Descodificación Transgeneracional
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El estreñimiento es la ralentización o disminución del movimiento regular de los intestinos. Como resultado, la defecación se produce de manera infrecuente y habitualmente con esfuerzo, generando heces escasas y duras. Podemos hablar de estreñimiento cuando la evacuación del intestino se lleva a cabo menos de tres veces por semana o cuando las heces presentan una consistencia tan dura que la evacuación se convierte en un proceso difícil y doloroso, pudiendo provocar la aparición de hemorragias anales, hemorroides y fisuras anales.
La estadística nos muestra que el estreñimiento duplica su presencia en mujeres y su frecuencia va en aumento con la edad. Desde la medicina tradicional, el estreñimiento se vincula y justifica en función de una serie de circunstancias siempre externas a la persona que lo padece. Nuestro estilo de vida moderna aparece como la causa principal. Desde este punto de vista, el ritmo de vida frenético nos lleva a estar siempre ocupados, lo que hace que no atendamos la necesidad de evacuación en el momento en que ésta se presenta, predisponiéndonos a sufrir estreñimiento. También la dieta moderna aparece como culpable del estreñimiento. Por un lado, la escasa ingesta de fibra: vegetales, frutas y granos enteros. Por otro, las grandes cantidades de grasa presentes en alimentos cotidianos como quesos, huevos y carne. A esto hay que añadir la escasa toma líquidos. El agua y los zumos lubrican el colon y facilitan una mayor frecuencia de las evacuaciones y un tránsito más fácil, suave y rápido.
Además de los factores ya reseñados, la medicina también considera como causa importante del estreñimiento la falta de ejercicio provocada por los hábitos sedentarios de las sociedades modernas, así como factores psicológicos. Parece que muchas personas sufren estreñimiento si no disponen de lugares agradables y limpios en los que se sientan a gusto, como por ejemplo el baño de su casa o residencia, o cuando carecen de la tranquilidad necesaria para poder atender cómodamente el reflejo evacuatorio cuando éste se presente. También se asocia la aparición de estreñimiento a la posible presencia de enfermedades metabólicas y endocrinas (diabetes, hipotiroidismo), neurológicas (esclerosis múltiple, lesiones de la médula espinal), vasculares (amiloidosis) y digestivas (cáncer de colon, síndrome de intestino irritable). Y, por último, se relaciona la presencia de estreñimiento a la toma de diversos medicamentos como analgésicos, antiespasmódicos, antihistamínicos, diuréticos, antidepresivos, suplementos de hierro, antihipertensivos u anticonvulsivantes.
Descodificación biológica del estreñimiento
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De forma genérica, el intestino representa la absorción no sólo del alimento sino también de nuestros pensamientos, sentimientos y emociones; ese es su sentido biológico y de ahí parte el trabajo de descodificación biológica del estreñimiento en BioNeuroEmoción. Por tanto, todo lo que nos puede generar traumas, disgustos, inseguridad, insatisfacción y tristeza (principalmente en el ámbito familiar), nos puede provocar un anormal funcionamiento intestinal.
Los intestinos, sobre todo el intestino grueso, están relacionados con nuestra predisposición y seguridad para ser y mostrarnos espontáneos. Simbolizan nuestra actitud para dejar fluir los acontecimientos en nuestra vida. Cuando esto no es así, el estreñimiento muestra, sin ningún género de dudas, un deseo consciente o inconsciente de retener y controlar lo sucede en nuestra, a nuestro alrededor.
Los residuos que se atascan en el intestino cuando se ralentiza el tránsito son la manifestación física de nuestras ideas negativas, nuestras preocupaciones, nuestra ira. Nos vinculamos, nos atamos a personas, cosas o situaciones y nuestros intestinos se congestionan, manifestando biológicamente nuestro anhelo de retener y controlar lo que ya no nos resulta útil. Por tanto, el estreñimiento muestra biológicamente una gran voluntad de control por parte de la persona afectada, resultado de una inseguridad interior.
La forma en que se desarrolla el tránsito intestinal y, por ende, la posible aparición de estreñimiento, depende esencialmente de la presencia de agua en las heces, de su mayor o menor absorción. Biológicamente, el agua hace referencia a la madre o figura materna; el sistema digestivo, a la familia. Cuando el estreñimiento se manifiesta es porque ya se ha absorbido toda el agua y aún se quiere retener algo. Puede ser el amor de mamá, ya sea conservar el amor materno, no querer despegarse de ella o buscar desesperadamente su amor. En muchos casos, el estreñimiento muestra un trauma latente e inconsciente por el que la persona sigue buscando, muchos años después, el amor materno que no recibió en la primera infancia (desde el nacimiento hasta aproximadamente los 7 años), amor que, obviamente, ya no va a recibir. En estos casos resulta de vital importancia que la persona afectada tome conciencia de si en la actualidad, una vez dejada atrás aquella primera infancia, le resulta vital seguir buscando aquel amor que no recibió o que no supieron darle. También puede tratarse de un conflicto con la función materna cuando la persona se culpabiliza por el estado en que se encuentran sus hijos o las circunstancias que sufren.
Por otra parte, como hemos visto, la ralentización del tránsito intestinal debe interpretarse como un temor a soltar, a dejar ir, a cambiar; una negativa a abandonar viejas ideas y creencias. Subyace, por tanto, un sutil sentimiento de falta y carencia. La actitud mezquina de no querer soltar o desprenderse de posesiones materiales o de antiguas creencias. Porque, aunque las personas estreñidas no sean realmente mezquinas, generalmente no confían y se atan emocionalmente a relaciones, objetos y situaciones que las hacen sufrir, sin animarse a dejar ir, a pasar página. Existe en ocasiones en la persona estreñida un marcado apego a los bienes materiales y la tendencia a retenerlos por si llegara a necesitarlos en el futuro, algo poco probable.
En ocasiones, el estreñimiento puede aparecer cuando alguien se siente obligado a prescindir de algo suyo; pero lo hace forzado por las circunstancias o para no sentirse culpable aunque, desde luego, hubiera preferido no realizar esa entrega. Esto sirve tanto para bienes materiales como para ideas o creencias que no podemos o no queremos soltar; actitud que nos mantiene ligados al pasado.
El estreñimiento es un aviso que calibra nuestra capacidad de liberar y liberarnos de aquello que ya no necesitamos, de aquello que ya cumplió su función en nuestra vida. Guarda una relación directa con soltar viejos pensamientos ya inútiles. De una manera más genérica, expresa también culpabilidad por no querer o poder perdonar algo del pasado.
Muchos casos de estreñimiento obedecen a un conflicto de identidad en el territorio (trabajo o familia, principalmente). La persona que sufre estreñimiento en estas circunstancias se ve invadida por sentimientos de no poder marcar “su” territorio, de estar sometida a control y vigilancia, ya sea en la familia o en el trabajo. Otras veces, se trata de un conflicto de separación, como por ejemplo sentirse aislado, no integrado, en el lugar de trabajo y entre los compañeros. En otros casos, el sentimiento es de no sentirse en “su” territorio, lo que se conoce como estreñimiento del viajero. En todos estos casos, se genera una especie de anestesia en el recto que no permite sentir cuándo éste está lleno.
La persona que retiene sus heces habitualmente es la que no se permite expresar algo por miedo a disgustar o a perder algo o a alguien. Personas indecisas a la hora de dejar algo, que se preguntan una y otra vez si la decisión adoptada será o no la más adecuada. También las que se consideran perseguidas por la mala suerte o las pudorosas que temen mostrar lo que eliminan y se sienten bloqueadas, atrapadas.
Como primera medida, la persona que padece estreñimiento debe mirar en su interior porque su cuerpo le está diciendo que ha llegado el momento de dejar ir las viejas y ya inútiles creencias e ideas, soltar todo lo que ya no le sirve. En definitiva, dejar lugar para poder recibir lo nuevo. Porque el mero hecho de creer que debemos retener algo para siempre por miedo a perder a alguien o algo no es bueno. Al contrario, debemos tomar conciencia de cuándo ha sido la última ocasión en que nos hemos permitido ocupar nuestro lugar, ser nosotros mismos, desde cuándo no nos hemos sentido libres… Aceptar que podemos liberarnos del pasado para continuar relajadamente adelante, confiando en la vida.
Para superar el estreñimiento resulta esencial aprender a soltar, dejar que la vida fluya, confiar para dejar de controlar sin miedos infundados que nos aten al pasado. Encontrar el justo equilibrio entre asimilar y eliminar.
* Jesús Casla es autor de los libros: